Advirtiendo como toca, para evitar suspicacias de los adversarios del
alcalde Peñalosa, que no tengo contratos con el Distrito, quiero contarle
a usted sobre una experiencia interesante que tuve esta semana.
Un
grupo de periodistas de Noticias Caracol
y Blu Radio almorzamos el pasado martes con el alcalde Peñalosa. Tuvimos la oportunidad de preguntarle sobre temas
puntuales. Metro, Transmilenio, desarrollo urbano, parques, entre otros.
Le confieso a usted que quedé muy bien
impresionado con el alcalde, a pesar de que la encuesta de Gallup muestre que
su imagen es impopular. Eso ya le había pasado durante su primer mandato.
A Peñalosa le cabe la ciudad en la cabeza. Conoce
al detalle el funcionamiento de la administración.
Nos explicó las razones por las cuales el metro será
elevado. Peñalosa piensa, con razón,
que las obras del metro, como estaban planeadas, no sólo eran más costosas,
sino demoradas. Como suele pensar en grande, él cree que se pueden hacer
grandes obras de renovación urbana en torno a las estaciones del metro, como se
hace en el mundo. Este metro podría estar listo en cinco o seis años.
Habló también de lo que encontraron en el Bronx, una zona de Bogotá que era propiedad de
la delincuencia organizada y que ninguno de sus antecesores se atrevió a
solucionar. Eso no sólo requiere decisión sino carácter. De los 1.200
habitantes de calle que vivían allí, hoy quedan 150 que no se han querido
someter a tratamientos ni a vivir en los albergues que tiene Bogotá. Claro que
sus opositores de oficio han querido hacer aparecer esto como si las cosas no
se hubieran hecho bien.
Nos explicó el alcalde en detalle lo que se
hará en los cerros de Bogotá, desde
la calle 170 hasta Usme. Un sendero ecológico que permitiría que los habitantes
podamos hacer unos paseos absolutamente maravillosos en nuestros cerros. Sin
lugar a dudas, de lograr esta obra, Peñalosa
estaría premiando a los que vivimos en Bogotá. Claro que no faltarán los
medioambientalistas que se opondrán a eso.
Explicó el alcalde en detalle un nuevo
decreto que regulará las construcciones en Bogotá.
Impone, por ejemplo, a los constructores la obligación de dejar aceras de 15
metros. Y los premia permitiendo mayores alturas si hacen renovación urbana.
Por supuesto que muchas serían las cosas que
podríamos hablar tras esta reunión de casi 4 horas. Lo cierto es que Peñalosa es un soñador, piensa en grande, aspira a dejarles a los
bogotanos una ciudad en donde todos podamos vivir mejor. Es claro que los
procesos públicos son largos y dispendiosos, pero, la verdad, si el alcalde
logra así sea el 50 % de lo que está pensando, los bogotanos tendríamos una
ciudad mejor, más vivible, más agradable. ¡Ojalá!
Notícula. Me
cuesta mucho trabajo entender a quienes, ejerciendo su derecho como
corresponde, se oponen a los acuerdos de La Habana. La verdad, prefiero a las
Farc politiqueando que disparando.
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