Después de la carretera al municipio de
Chalán y varias instalaciones de gas domiciliario en Sucre con su empresa
pionera MNV Construcciones, los hermanos Manuel y Miguel Nule dejaron Sincelejo
en 1998 y llegaron a Bogotá. Abrieron una oficina por el Parque de la 93 y
cuando pensaban cerrarla porque no salían suficientes negocios, apareció la
funcionaria que les abrió la puerta de la contratación oficial: Alicia Arango
Olmos, directora del Instituto de Recreación y Deportes (IDRD) en la
administración de Peñalosa.
Oriunda de Cartagena pero de ancestros
sucreños, y entonces casada con el contratista con varias entidades del Estado
y empresario José Luis Taboada, de Corozal (Sucre), la administradora de
empresas Alicia Arango había asumido la dirección del IDRD en febrero de 1999.
Y según recuerda un abogado que fue testigo de algunos de los encuentros,
rápidamente les tendió la mano a los Nule con obras de construcción y
recuperación de parques, dentro del programa de desmarginalización de barrios
del gobierno Peñalosa.
Dos personas más
fueron claves para el contacto de los Nule con Alicia Arango y la posterior
concesión de contratos. El abogado Jorge Pino Ricci, experto en derecho
administrativo y asesor jurídico de múltiples entidades públicas desde los años
90, y Horacio Mendoza Martínez, dueño de la empresa constructora HMM S.A.,
también sucreño y en ese entonces suegro de Miguel Nule, como quiera que su
hija Rina Mendoza estaba casada con el mayor de los hermanos. Mendoza fue
determinante para acreditar experiencia.
En la contratación pública en Colombia
existe un ítem conocido como el K, que se define como la capacidad que tiene
una empresa privada para concertar negocios con el Estado. Es una especie de
puntaje que otorga mayor opción de ganar una licitación cuando se acredite
experiencia y solvencia financiera. Eso fue lo que les aportó Horacio Mendoza a
su yerno Miguel Nule y sus socios y de paso les permitió ganar terreno en el
mundo de la contratación oficial con una primera palanca en altos círculos: la
administradora Alicia Arango.
Con una ventaja inmediata: a partir de 2002,
Alicia Arango pasó a ser secretaria privada del presidente Uribe y
para entonces los Nule, con el apoyo de terceros, en especial del prestamista
Carlos Gutiérrez, ya incursionaban en otra práctica económica: crear nuevas
empresas como Gas Kpital o Bitácora Soluciones, o comprar otras como Ponce de
León S.A. En pocos meses ya no sólo construían parques, vías, acueductos o
cárceles, sino que también, y de manera insólita, entraron al negocio de la
interventoría de recursos públicos.
Y en este último escenario, un cartagenero
fue decisivo para sus negocios. El exsuperintendente de Puertos y director de
la Comisión Nacional de Regalías del gobierno Pastrana, Juan Manuel Barraza. A partir
de 1999, con el apoyo del Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo
(PNUD), la vigilancia de los dineros por contraprestación económica a las
regiones contó con los Nule. Particularmente, para la Costa Norte, entre 2000 y
2001, estuvieron como interventores Horacio Mendoza y la empresa Ponce de León
y Asociados.
En 2004, cuando el gobierno decidió liquidar
la Comisión Nacional de Regalías por reiteradas fallas financieras y contables,
para entregar su manejo a la Dirección Nacional de Planeación (DNP), en su
primera inspección esta última entidad detectó 60.000 registros de presuntas
irregularidades. Un año después, al advertir indicios de incumplimientos de un
consorcio donde tenían participación los Nule en Casanare —mayor receptor de
regalías—, la DNP ordenó suspender una nueva licitación.
Sin embargo, el PNUD convocó a un amigable
componedor que en noviembre de 2005 concluyó que debía presumirse la buena fe
de las partes y que se aceptara que los errores eran producto de omisiones
asociadas a procesos deficientemente definidos. De esta manera, la Unión
Temporal donde tenían dinero los Nule ganó la licitación y sostuvieron su
interventoría hasta 2008, en que el contrato se canceló por graves
incumplimientos. La Contraloría, la Procuraduría y la Fiscalía conocieron estos
pormenores y aún no hay decisiones.
Lo claro hoy es que dineros de las regalías
de Casanare y Meta que eran objeto de su interventoría fueron a parar a sus
empresas, que ya desarrollaban obras de infraestructura de renombre. Por
ejemplo, $8.000 millones de regalías del Meta terminaron en una de sus firmas
en Cúcuta y $4.000 millones del Casanare en el consorcio Bogotá-Fusa. En agosto
de 2008, ante la cancelación de varios contratos por utilización indebida de
dineros de regalías para proyectos particulares, en el Congreso se adelantó un
debate contra la DNP. Paradójicamente, el senador citante fue el hoy detenido
Iván Moreno.
Pero en ese momento, aunque se ventilaban
las primeras suspicacias, los Nule aún gozaban de enorme prestigio.
Desarrollaban la codiciada obra de la doble calzada Bogotá-Girardot, ejecutaban
los trabajos de mejoramiento de la ruta vial Rumichaca-Pasto, participaban en
la empresa capitalizadora del Tolima (Enertolima), intervenían en la
construcción de varios acueductos en Cundinamarca, realizaban labores de
interventoría a las plantas de bienestarina del ICBF, le habían construido
sedes a la DIAN. Estaban en todas partes.
En especial, tanto los Nule como sus
asesores y socios eran bastante conocidos en el Instituto Nacional de
Concesiones (Inco) y en el Instituto Nacional de Vías (Invías). Ambas entidades
están adscritas al Ministerio de Transporte, donde por ocho años, entre 2002 y
2010, la máxima autoridad fue el ministro Andrés Uriel Gallego. A finales de 2010,
cuando a los Nule ya se les había venido la noche y la justicia empezaba a
exigirles nombres, señalaron a Gallego. Esta semana la Corte Suprema de
Justicia le pidió a la Fiscalía que lo investigue.
Y también salieron a la palestra el
exviceministro de Transporte Gabriel García, quien ofició entre 2007 y 2010, y
el consejero presidencial Miguel Peñalosa. En calidad de
director encargado del Inco, en 2009 García adjudicó dos tramos de la Ruta del
Sol, una obra de ingeniería para la conexión vial de doble calzada entre
Villeta y la Costa Atlántica. Pero los Nule perdieron y empezó su debacle. Hace
una semana, El Nuevo Herald de Miami divulgó una grabación en la que García y
Miguel Nule sugieren que Peñalosa presionó para que
sacaran a unos contratistas.
Otro interrogante que quiere resolver la
justicia, de la misma manera como busca establecer cuáles fueron las verdaderas
razones de las 19 visitas que los primos Manuel, Miguel y Guido Nule hicieron a
la Casa de Nariño entre 2002 y 2010. Aunque el expresidente Uribe y su
exconsejera Claudia Jiménez manifestaron que la última reunión fue para
refrendar el compromiso de los Nule de cumplir con sus obligaciones legales,
falta que Alicia Arango y el exsecretario general de Presidencia Bernardo
Moreno expliquen sus encuentros de 2004 y 2005.
Es evidente que los Nule pretenden que el
escándalo se quede en Bogotá y que eventualmente, cayendo los hermanos Iván y
Samuel Moreno, alivien sus cargas con la justicia. Pero la compulsa de copias
de la Corte Suprema a la Fiscalía para que se investigue al exministro Andrés
Uriel Gallego demuestra que su plan se puede ir al traste. Además, hay otro
detalle que hace más crítica su situación. Muchos de sus socios de ayer, hoy
son acuciosos acreedores que esperan que les devuelvan dineros invertidos por
uniones temporales o simples deudas.
En la larga lista aparecen desde Jorge Pino
Ricci o el papero Carlos Gutiérrez, hasta el exsuegro Horacio Mendoza. El
problema es que buena parte de esas deudas, en criterio de la Contraloría, fueron
producto de captación de dinero en algunos casos con tasas de usura superiores
a las permitidas por la ley. Podría tratarse de capitales que se invirtieron en
las empresas del Grupo Nule en busca de rendimientos financieros o fueron
producto de préstamos irregulares entre sus propias empresas. Eso explica la
premura por pagarles a algunos.
Y también la confrontación entre quienes
ayer gozaban las mieles del imperio económico. Un ejemplo lo demuestra. El
cruce de correos que se hicieron en julio de 2010 Miguel Nule y su exesposa
Rina Mendoza, en los que el primero insiste en que hay que pagarle US$165.000 a
Carlos Gutiérrez y después prioriza a algunos acreedores como de urgente
solución. Pero Rina Mendoza responde que Carlos Náder puede joderse porque es
un comisionista igual que todos y que a Gutiérrez no le va a dar nada y que los
vaya a matar donde estén.
Son piezas sueltas de un enorme rompecabezas
nacional donde la flor y nata de la sociedad paga hoy escondederos y los que
ayer se regodeaban con los Nule, los niegan más de tres veces. Entre ellos,
quienes tampoco quieren recordar la amistad y relaciones sociales y comerciales
con las tres asistentes personales de los primos Miguel, Manuel y Guido Nule.
En su orden, Lorena Suárez, Claudia Suárez y Marisol González. Los amigos de
los Nule lo fueron de ellas, entre los cuales figuró un personaje muy mentado
por estos días: el excongresista Carlos Alonso Lucio.
Dos mujeres más también tienen mucho que
explicar: Elba Estela Barrera, decisiva para consolidar la primera etapa del
Grupo Nule y su transición de Sincelejo a Bogotá; y Beatriz Tamayo Meza, quien
se convirtió en soporte administrativo económico para su fortalecimiento a
nivel nacional. Los bancos quieren saber de sus créditos. Las compañías de leasing
de sus inversiones, los acreedores de sus platas y la justicia de sus secretos.
El cuento de Bogotá ya está llegando a su fin, pero la huella Nule en Colombia
apenas comienza a descifrarse.
Carrusel de procesados por
cuenta de los Nule. Justicia penal: La Fiscalía les ha formulado
imputación a Liliana Pardo, exdirectora del IDU; Inocencio Meléndez, exjefe
jurídico de la institución; el excontralor distrital Miguel Ángel Moralesrussi,
que tienen medida de aseguramiento. La Corte Suprema ordenó la captura del
senador Moreno y el excongresista Germán Olano, para escucharlos en
indagatoria. Además, compulsó copias para investigar al alcalde Samuel Moreno,
al exministro Andrés Uriel Gallego, a varios contratistas y exfuncionarios del
Distrito.
Disciplinaria: La Procuraduría ya destituyó
al excontralor Moralesrussi y al excongresista Olano. Adelanta proceso al
senador Moreno, pediente de audiencia.
Consejo de Estado: Adelanta proceso de
pérdida de investidura contra el senador Moreno y el senador Olano. Sigue en
etapa previa.
Contraloría: Adelanta proceso contra los
Nule, para embargar sus bienes y evitar el detrimento patrimonial del Distrito.
Con trato de primera clase y de
segunda. Trato de primera clase y de segunda, en
medio de los procesos penales por el escándalo de corrupción, ha sido una de
las críticas que se han escuchado frente a la posición y al trato que la
Fiscalía les ha brindado a los sospechosos involucrados en la investigación.
A los Nule, que ya reconocieron uno de sus
delitos y ahora usan como testigos, les garantizaron condiciones de seguridad y
no los sacaron del búnker hasta que les acondicionaron la casa fiscal en La
Picota. Pero situación distinta han vivido los acusados por estos sujetos.
Pese a que comparecieron sin problema a
todos los llamados y audiencias que les hizo la justicia, funcionarios como
Inocencio Meléndez, el excontralor Morales russi y ahora el senador Moreno
actualmente se encuentran en el patio para políticos de La Picota. Por su
parte, la exdirectora del IDU Liliana Pardo ha sido la única que logró el
beneficio de prisión domiciliaria.
En 1998, la empresa de los Nule se trasladó a Bogotá, en
donde comenzó a contratar con el Distrito y con el Instituto Nacional de Vías.
Eran las épocas de Peñalosa en la Alcaldía Mayor de Bogotá, quien les adjudicó los primeros
contratos menores en la capital del país.
Sin embargo, el primer gran contrato de los Nule en Bogotá les fue
adjudicado durante la segunda administración de Mockus: el manejo de una de las tres zonas
para la gestión de redes del Acueducto, contrato que terminó en un tribunal de
arbitramento ante la Cámara de Comercio. Pese a lo anterior, la administración
de Mockus le adjudicó a una empresa del grupo Nule, la firma Ponce de León, el
manejo de los patios y grúas de control de tránsito en Bogotá.
¿Y qué relación política podría tener Guido Nule Amín con Antanas
Mockus? Solo se ve un poderoso nombre en común: César Gaviria Trujillo, quien
nombró a Nule Amín como Ministro y a Antanas Mockus como rector de la
Nacional. En otras palabras: ambos comparten al nominador para los más
altos cargos públicos de nombramiento que han ejercido.
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