En esa feria de los billones, la salud de
los bogotanos no será la menos afectada. La
urbanización de la reserva Van der Hammen, poderoso pulmón de la
ciudad, contribuirá a una disminución dramática de la calidad del aire que
respiramos. El medioambiente bogotano, poco amigable hoy, será aún más viciado
por una contaminación feroz bajo los auspicios de la gran cantidad de aerosoles
que producirán los miles y miles de buses diesel con que el Alcalde aspira a
cubrir la ciudad “por todas partes”. Preparémonos para deliciosas epidemias de
virus muy variados y tonificantes como los que han puesto en emergencia
ambiental a Ciudad de México y Santiago de Chile: conjuntivitis, enfermedades
pulmonares y respiratorias, aumento de la mortalidad, deterioro de la capacidad
productiva, cáncer de piel, etc. Y aun así, ¿mejorará la movilidad?
En análisis riguroso y documentado sobre el
Plan de Desarrollo de la administración PEÑALOSA
II, aprobado por una mayoría de 28 concejales, no le sorprende dicho plan, pues
no difiere del que PEÑALOSA ejecutó
en su primera administración (1998-2000), “que se caracterizó por ejecutorias
(…) que se forjaron principalmente por agentes privados, estimulados por el
lucro, generadas por un Estado que juega
como gestor”.
En aquella Administración fue el
TransMilenio la obra emblemática del alcalde PEÑALOSA, que le permitió exhibirse por el mundo (o eso dicen sus
panegiristas) como un Ph. D. (que no tenía, ni tiene), experto mundial en
urbanismo. Y en la presente Administración vuelve a ser el TransMilenio el eje
de su plan de desarrollo. “Troncales para llenar la ciudad de buses por todas
partes”, ha dicho el Alcalde.
En cambio, al representante por Bogotá
Germán Navas Talero, el Plan de Desarrollo sí le pareció bastante raro por la
forma precipitada como fue aprobado y por las inconsistencias legales que lo
rodean. Una de ellas, el asentimiento del cabildo a las vigencias futuras para
la financiación de la primera línea del metro elevado de Bogotá, que, de
acuerdo con la denuncia del representante Navas Talero, viola los requisitos
establecidos por la Ley 1483 de 2011, la cual exige, para la aplicación de
vigencias futuras, como en el caso del metro PEÑALOSA, entre otros, “los estudios técnicos de definición de
obras prioritarias e ingeniería de detalle del proyecto”, de los que, como lo
han advertido varios estudiosos y columnistas de prensa, carece la improvisada
primera línea del metro. Dice el representante del Polo: “Sé que, al presente,
esos estudios exigidos por la ley no existen” en cuanto al metro elevado
respecta. Navas Talero ha solicitado a la Fiscalía que investigue la actuación
del alcalde PEÑALOSA, de los 28
concejales que aprobaron el Plan de Desarrollo y del secretario de Movilidad,
Juan Pablo Bocarejo.
En el análisis del Plan de Desarrollo, se muestra
un cuadro comparativo del presupuesto de la Administración anterior con el
aprobado por el Concejo para el plan de la actual. El de PEÑALOSA tiene, sobre el de Petro, un incremento global de 47,68 %
(pasa de 59 y pico billones a 89 y pico billones). El énfasis del plan de PEÑALOSA es la movilidad (43 billones y
medio contra 17 billones de Petro), seguido de la educación (15.095 billones
contra 15.288 billones de Petro, es decir, se reduce el presupuesto para
educación), y en tercer lugar la salud (13.387 billones contra 10.553 billones,
de Petro; aumenta). El resto de rubros (hábitat, integración social, gobierno y
seguridad y desarrollo económico) cuentan con partidas inferiores a los seis
billones.
Lla ciudad en los próximos tres años y medio
que le restan a la administración de PEÑALOSA
II vivirá una verdadera fiesta billonaria de movilidad. Troncales a la lata,
buses diesel por donde quiera que usted se encuentre, la carrera 7.ª
transformada en nuestro caos favorito y completamente paralizada mientras se
demuelen 400 predios y se da paso a las losas de relleno fluido que, como las
de la Caracas, exigirán eternos y suculentos contratos de reparación. Y para financiar
todo eso, aleluya, tarifazos en los servicios públicos (incluido el transporte,
claro, como el que ya nos obsequió en TransMilenio al iniciar su
burgomaestratura el señor PEÑALOSA),
uno detrás de otro (o al mismo tiempo, quién quita) que correrán por cuenta de
los alegres bolsillos del ciudadano feliz.
¿Y el metro? Seguirá siendo el mismo metro
fantasma que recorre a Bogotá, como ánima en pena, desde 1942. El mismo metro
fantasma que el alcalde PEÑALOSA se
comprometió a hacer en 1998 y que en 1999 cambió por el TransMilenio (“que
sustituye ventajosamente al metro”, argumentó entonces); el mismo metro
fantasma, ahora elevado a la categoría de “elevado”, que tampoco se
materializará. A última hora, el alcalde PEÑALOSA
hará la misma finta de 16 años atrás y desviará los recursos del metro para
robustecer la troncal de la 7.ª, que durante muchas décadas del siglo XXI se
devorará el presupuesto de la capital. (Si llevamos seis años tratando de hacer
el deprimido de la 94, imagínense cuánto durará en obra la troncal de la 7.ª,
donde habrá que hacer seis o siete deprimidos).
El representante Navas Talero debería exigir
en su denuncia que se investigue el detrimento patrimonial a la capital,
emanado de desechar los estudios del metro subterráneo, ya aprobados por
entidades internacionales, listos para su ejecución y que costaron una suma
nada despreciable, para cambiarlos por un metro carente de los estudios más
elementales.
PEÑALOSA
adujo en su momento que el metro elevado reduciría los costos. Sin embargo, la
primera línea de ese metro elevado y barato tiene apenas la mitad, o menos, del
recorrido estipulado para el metro subterráneo, y vale casi lo mismo (13
billones del elevado, 10 kilómetros, contra 18 billones del subterráneo, 27
kilómetros). ¿En dónde queda la reducción de costos, si el kilómetro del
elevado resulta mucho más caro que el kilómetro del subterráneo?
El Plan de Desarrollo de Bogotá 2016-2020
con la siguiente conclusión, en apariencia sarcástica y surrealista, aunque los
próximos años nos dirán hasta dónde el distinguido economista se aproximó a la
cruda realidad: “Hay de todo como en botica. Ese suculento menú de
privatizaciones, grandes contrataciones y oportunidades de lucro contempla
prácticamente todas las áreas. Bogotá quedó de Feria”.
Denunciados por prevaricato Enrique Peñalosa, Secretario de Movilidad y 28 concejales de Bogotá
Metro en Bogotá
El metro fantasma y los 89 billones Enrique Santos Molano ElTiempo.com “Troncales para llenar la ciudad de buses por todas partes”, ...
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