Campo Verde, ahora el lío es étnico
Consejo
de Estado ordenó suspender temporalmente las obras. Ordenó verificar la
presencia de la comunidad muisca en
la zona. Si se comprueba, el proyecto quedará suspendido hasta que se realice
consulta previa.
Al debate político, técnico y
ambiental que ha rodeado
Se suma ahora un nuevo
componente: el étnico. Cuando todo estaba listo para que las constructoras Marval y Bolívar reactivaran la obra, que contempla edificar
6.200 viviendas de interés prioritario y de interés social a orilla del río
Bogotá, el Consejo de Estado ordenó suspender de manera provisional todos los
trabajos. La razón: el Ministerio del Interior debe determinar en ocho días si
los lotes están o no en territorio indígena. De comprobarse, el
proyecto se suspenderá hasta tanto se realice una consulta previa con la
comunidad muisca.
La decisión surge de
De la localidad de Bosa, en la que pidió que
se les protegieran los derechos fundamentales a la consulta previa, a la
identidad cultural y al debido proceso frente a dos
proyectos promovidos por el Distrito: El Edén y Campo Verde.
Según el grupo étnico, ambos
proyectos se autorizaron sin consultar a las comunidades y sin tener en cuenta
que estaban en terrenos ancestrales, con lo que la administración puso en riesgo su identidad cultural.
En segunda instancia la justicia les dio la
razón. El Consejo de Estado amparó los derechos de los muiscas de Bosa y ordenó, por un lado, suspender el plan El Edén hasta que se surta
la consulta previa, y por el otro, suspender de manera provisional las obras en
Campo Verde hasta que la
Dirección de Consulta Previa del Ministerio del Interior determine si las obras
afectan terrenos indígenas.
Según el fallo, esa cartera tiene máximo ocho
días para hacer la visita al terreno, verificar la presencia de la comunidad indígena en la zona y, en especial,
determinar la alegada importancia del humedal La Isla, donde se llevan a cabo
rituales sagrados para los indígenas. “Si se comprueba que la
comunidad hace presencia en dicha área, se le debe notificar a la
administración distrital para que suspenda de forma definitiva la obra, en aras
de iniciar el proceso de consulta previa”. En caso contrario, las obras podrán
continuar.
La decisión del Consejo de
Estado se conoce justo un mes después del anuncio del Distrito sobre la
reactivación del proyecto Campo Verde, que llevaba casi dos años
suspendido por encontrarse en zona de riesgo de inundación. En una ceremonia a la que
asistieron el vicepresidente Germán
Vargas Lleras; la ministra de
Vivienda, Elsa Noguera, y Peñalosa, se indicó
que gracias a las obras que había adelantado la CAR en la cuenca media del río
Bogotá, ese riesgo había desaparecido.
El anuncio desató un debate técnico en torno
a los riesgos de inundación sobre la urbanización.
Entre el exalcalde Petro y el vicepresidente
Vargas Lleras (ambos con aspiraciones
presidenciales) alrededor de la política de vivienda en la capital.
Fue en medio del debate que se
supo que el Distrito les vendió su participación en el Plan Parcial a las
constructoras Bolívar y Marval, socias de Dónde Adquirir
Vivienda, que financió la campaña de Peñalosa,
en $27.410 millones, y les indicó que allí sí se podía construir. Sin embargo, desde
entonces no han podido poner ni un ladrillo. Hoy, con la nueva polémica, el
Distrito corre el riesgo de enfrentarse a una demanda y las familias con
subsidio de vivienda asignado están en el aire. Todo, en apariencia, por una
mala planeación distrital.
Una oportunidad. Frente a la decisión del Consejo de Estado, Sandra Cobos, Gobernadora Indígena de la comunidad Muisca de Bosa, señaló que es una oportunidad para que la administración y el Ministerio del Interior hagan lo que tienen que hacer: reivindicar su territorio. "En otras oportunidades hemos tenido ese acercamiento, pero siempre es por un fallo judicial. Lo que esperamos es que se reconozca que es un territorio ancestral, que tiene una memoria y una historia, y no un territorio particular.
“Lo que si nos preocupa es cómo otros puedan
ver este asunto. La comunidad Muisca de Bosa nunca se ha opuesto al
desarrollo de la ciudad. Lo que hemos pedido es que sea un desarrollo armónico,
concertado y que nos permita seguir existiendo en nuestro territorio. Que tengan en cuenta nuestros principios culturales y nuestro
relacionamiento con el territorio", agregó la Gobernadora.
“En Campo Verde tenemos un humedal en el que
tradicionalmente hemos hecho nuestros rituales y pagamentos. Es un lugar
sagrado para nosotros y a pesar de ello, ahora está cerrado. Mientras para un
católico, una capilla es un símbolo para los católicos, porque representan su
espiritualidad, para nosotros el humedal representa lo mismo, pero no nos dejan
hacer uso de él. Lo que queremos es propiamente eso, que entiendan nuestras
costumbres y nos permitan la conexión y permanencia en nuestro territorio
ancestral. No queremos que lo entiendan como resistencia al desarrollo",
concluyó.
Por su parte, el Distrito señaló que no se
va a pronunciar hasta que no conozca el concepto del Ministerio del
Interior.
No teníamos información sobre indígenas en Campo Verde: Peñalosa
Con el anuncio del Distrito y la Vicepresidencia de la República de la construcción de las Viviendas de Interés Prioritario (VIP) en Campo Verde, Bosa, se desató una polémica por el riesgo de inundación que representa el hecho de que el río Tunjuelo esté al lado de esta zona.
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