La historia se repite. El 30 de octubre del año 2011 ganó las
elecciones de Bogotá Gustavo Petro Urrego. Tuve la oportunidad de conocer de
primera mano el triunfo pues por azares del destino ese mismo día terminé
fungiendo de testigo electoral en Corferias, bastante atento al conteo de votos
en cada una de las mesas de votación. Desde que fueron abiertas las primeras
urnas fue clara la tendencia: el candidato progresista llevaba entre diez y
quince votos de ventaja en cada puesto de votación sobre Peñalosa y
Gina Parody, sus directos competidores.
Aquella noche de finales de octubre fue
bastante clara y fría en Bogotá; recuerdo a los activistas agitando banderas
tricolores en la carrera séptima, eufóricos por el triunfo de su candidato,
después embriagados, y horas más tarde durmiendo el arrullo etílico, sintiendo,
con seguridad, que habían triunfado, que desde el día siguiente "sería
todo diferente" pues habían contribuido al triunfo que iba a alterar
definitivamente el futuro aciago de la ciudad. No eran más que un puñado de
esperanzas vanas, cándidas, pueriles.
Han transcurrido cuatro años desde aquel
momento y la situación llega casi al mismo punto de los días que antecedieron a
la victoria de Petro: las campañas en plena ebullición, la agitación electoral,
las fotos, los discursos, las encuestas bipolares y gran parte de los mismos
problemas que enfrentan a diario millones de ciudadanos capitalinos aún sin
resolver, fundamentando discusiones y propuestas, contribuyendo a trivializar
debates electorales en los que la competencia por acumular votos ha embebido de
demagogia y futilidad las mismas propuestas de gobierno.
Las encuestas. El trasfondo del escenario se encuentra
matizado, al igual que en el 2011, por las encuestas de intención de voto, que
siguen encargándose de vaticinar cuál será el resultado efectivo de las
elecciones por la alcaldía más importante del país. Cuatro años atrás las
mismas encuestas solo tuvieron capacidad de predecir el resultado hasta pocas
semanas antes de las elecciones que ganó Petro con 721.308 votos (32.16%),
150.000 más que Peñalosa quien logró el 25.07 por ciento del total de la
votación, ambos resultados porcentualmente pobres en términos de representación
si se tiene en cuenta que para el periodo electoral del 2011 –de acuerdo a la
Registraduria Nacional del Estado Civil– votaron 2.324.885 ciudadanos
capitalinos, tan solo el 47.40 por ciento de las personas habilitadas para
hacerlo en esta ciudad. Seis meses antes de estos comicios las encuestas
catalogaban como virtual ganador a Peñalosa, con diferencias hasta de 15 puntos
porcentuales frente a Petro.
Dos meses antes de las elecciones del
2011 Carlos Lemoine, presidente del Centro Nacional de Consultoría, escribía
"Las encuestas también son semejantes a la mirada inocente del niño que en
el cuento de Hans Christian Andersen se dio cuenta de que el rey no tenía
vestido: muestran con inusitada frecuencia cómo importantes candidatos de
importantes partidos en realidad no tienen votos". Pero no solo esto,
también pueden mostrar ficticiamente que tienen más votos de los que en
realidad poseen. En fin, toda una distorsión de la realidad para favorecer al
candidato de su preferencia. Sobre este particular el sociólogo francés Pierre
Bourdieau planteó: "Las problemáticas que proponen las encuestas de
opinión están subordinadas a intereses políticos, y esto pesa enormemente tanto
sobre la significación de las respuestas como sobre la significación que se le
confiere a la publicación de los resultados". Por tanto, las encuestas de
intención de voto no pueden entenderse por fuera de esta subordinación a
intereses específicos y a las pretensiones de simplificación del campo sujeto a
sus mediciones.
Una perla. El 14 de agosto del año en curso, el
diario El Tiempo1 presentó los resultados de una encuesta desarrollada por
Datexco Company, pagada por el diario junto a la W radio. La noticia titulaba
"Encuesta de Datexco: Peñalosa (31.4%), Pardo (28%)". El titular no
deja duda: allí reposa una de las estrategias mediáticas para manipular la
información, pues la nota no explica muy bien que las cifras obtenidas a partir
del estudio se consolidaron en el hipotético escenario de que la candidata a la
alcaldía de Bogotá por el Polo, Clara López Obregón, no concurriera a las
urnas. Solo poco antes de terminar la noticia realizan una breve alusión en dos
líneas al respecto de que en el escenario fáctico tendría lugar un empate entre
los tres aspirantes a la alcaldía, hipótesis manejada en los más recientes
sondeos.
Evitando discutir la fiabilidad de las
encuestas, el análisis debería fijarse en este tipo de dispositivos ejecutados
en los medios de comunicación para asociar palabras e imágenes de candidatos
con números que expresan tendencias de votación poniendo y quitando
favorabilidades, sobre el hecho mismo de las intenciones de los medios de
incidir en la contienda electoral a través de la manipulación en la
presentación de las cifras por las que pagan millonarias sumas. Las encuestas,
los discursos basados en sus cifras, llevan consigo formas de exhibiciones y
ocultamientos, estrategias de vaticinio que pueden modificar, al menos, la
forma en que los electores se representan la contienda electoral. Nunca
responden a los intereses puros por aproximarse probabilísticamente a la
verdad.
Detrás de los bastidores del discurso. La forma como exponen sus propuestas los
candidatos, nos permite presentar la hipótesis de que los electores carecen de
los elementos suficientes para llevar a cabo –de forma idónea– la selección
del/a candidato/a de sus preferencias. Esta hipótesis se soporta en la retórica
ambigua y simplista de las propuestas en boga, con la cual ocultan los
intereses particulares de los sectores del poder alineados sobre cada uno de
los candidatos en disputa.
El primero de los elementos de análisis que debe ser destacado son los efectos
producidos en los grupos hegemónicos por la sucesión de gobiernos de izquierda
democrática durante doce años en Bogotá. Más de una década sin controlar su
enorme presupuesto ha terminado por afectar su estructura de poder clientelar,
golpeando sus intereses de acumulación y reproducción de capital a corto y
mediano plazo.
Estos sectores han decido no quedarse
con los brazos cruzados, invierten infinidad de recursos para lograr su
propósito. De ello da cuenta la constitución de ProBogotá el primero de agosto
de 2014, como lo develó este mismo periódico en su anterior edición (agosto
20–septiembre 20), donde se precisa: "[...] este tanque de pensamiento,
conformado y financiado por las empresas y grupos empresariales de mayor
músculo financiero, no solo locales, sino también extranjeros, se propuso como
primer gran objetivo, retomar el poder capitalino para los intereses del gran
empresariado. Se trata de un modelo de intervención para gestionar ciudades a partir
de la injerencia de lo privado en lo público, dentro del espíritu más audaz y
avasallador de la economía de mercados". ProBogotá apoya las candidaturas
de tres aspirantes a la alcaldía de Bogotá: Peñalosa (Uribismo
"Light"), Rafael Pardo (Corriente Santista) y Pacho Santos (Uribismo
de línea dura). Tres candidatos que representan a grupos de poder específicos,
con ambiciones particulares que sin embargo comparten el espectro ideológico
neoliberal. Tres candidatos capaces de diversificar las apuestas del capital
financiero por retomar el control de la alcaldía a partir del voto de los
estratos medios capitalinos, candidatos que intentarán sobreponerse al voto
social y de opinión que para ellos ya ha hecho suficientes estragos.
Su pretendido "rescate" de
Bogotá está sustentado en discursos reactivos que sustentan entre dientes la
continuidad de las políticas sociales consolidadas por los gobiernos de
izquierda en la ciudad, al tiempo que descalifican las administraciones de los
últimos doce años en aspectos como: administración, seguridad, movilidad,
crecimiento de la ciudad, relaciones con las autoridades policiales, manejo de
Transmilenio y SITP, inversiones del Distrito, entre otros aspectos cuya
gestión no ha encuadrado dentro de su matriz de pensamiento político económico.
En perspectivas del 25 de octubre, no
deben descartarse cualquier tipo de alianza entre estos tres candidatos de las
elites, del capital financiero y de la ideología neoliberal. Sus propuestas y
discursos, en varios aspectos enfatizan perfil social y popular, pero no es
posible confiarse en ello, pues pretenden una ciudad "bien
gerenciada" pero para el capital, como fue la constante durante todo el
siglo XX, cuando controlaron en sus manos y bolsillos esta urbe, permitiendo su
descomunal crecimiento, y un desorden que favorece los negocios que siempre
pretenden, así como el control social, el miedo y la división social, junto al
control policivo, que siempre necesitan.
Otra de las personas que aspira a regir
el destino de Bogotá es la candidata del Polo Democrático Alternativo –PDA–,
Clara López Obregón, quien ha manifestado encontrarse comprometida con la
continuidad de las políticas sociales implementadas desde hace doce años en la
capital. Su candidatura espera obtener nuevamente el voto de confianza de la
ciudadanía; su confianza parte de su loable gestión cuando tuvo que afrontar la
alcaldía de la ciudad luego del descomunal escándalo de corrupción originado
por los hermanos Iván y Samuel Moreno Rojas. Bogotá es pieza fundamental para
el PDA, y debe ganarla pues con ello defiende su unidad, accediendo a niveles
importantes de poder que le permitirían refrendar su propuesta política ante
millones de personas.
Si el PDA gana las elecciones no tendrá
una tarea fácil, pues nuevamente serán interpuestas toda serie de cortapisas al
sostenimiento de las políticas de corte social, deberá encarar la heráldica
labor de impulsar en el Concejo un nuevo Plan de Ordenamiento Territorial, el
desafío por constituir movimiento social por fuera de los ajetreos del balcón
del Palacio del Liévano, tan necesario para robustecer el ejercicio de la
gobernabilidad del Distrito de manera más seria y ética de lo que lo han podido
conseguir el fútil embellecimiento de barrios populares, el pliegue del
Distrito a la empleabilidad clientelar.
Clara López también deberá demostrar a
sus electores que ahora realmente es más amarilla que roja, que las sospechas
sobre su vocación real de gobierno infundadas en sus prolijas relaciones con el
ala samperista del Partido Liberal, solo son producto de la paranoia sectarea
de la izquierda y que las palabras del exministro liberal Alfonso López
Caballero escritas en una carta enviada a Horacio Serpa: "Con Clara López
tiene el Partido Liberal una carta ganadora [...] Con ella el Partido volverá a
hacerse escuchar en Bogotá y a participar directamente en los destinos de la
ciudad. Quienes abrigan alguna reticencia a votar por Clara porque no se
sienten identificados con el Polo han de saber que muchas de las mejores mentes
y de los más caracterizados dirigentes liberales la apoyan", corresponden
a nobles intenciones democráticas, a la voluntad del Partido Liberal por
gobernar, junto con el Polo, de manera pulcra una vez más a la capital del
país.
Las opciones y los escenarios están ante
quienes eligen. Frente a cualquiera de ellos es necesario reiterar los
interrogantes planteados en el artículo "Doce años de gobierno de la
izquierda en Bogotá" publicado en la edición anterior de este mismo
periódico: "¿Cómo actuar para que lo electoral no termine por subsumir el
conjunto de las energías de los sectores alternativos? ¿Cómo actuar para no
institucionalizar el conjunto de nuestras acciones y proyectos? ¿Cómo actuar
para mantener viva la disposición de la lucha social directa? ¿Cómo construir
una forma de gobernabilidad y de gestión pública propia de la izquierda? ¿Cómo
forjar una forma de conducción de gobierno que controle los egos, personalismos
y autoritarismos de los gobernantes?"
La ventana. El próximo 25 de octubre muchos más
soñarán con el cambio mientras asisten a las urnas con ilusión de construir con
votos un mejor mañana. Otorgarán a uno de los candidatos el poder para que los
gobierne y esperarán de forma pasiva a ser gobernados de una manera justa,
equitativa e incluyente, mientras la exigencia, el imperativo de toda
ciudadanía en el país bien debería propugnar por el ejercicio de su propio
gobierno y los mecanismos de control necesarios para que quienes incumplan la
misión encomendada sean siempre recordados.
Otros quizás despertarán del embriague
etílico de todas las borracheras de su vida, teniendo la plena conciencia de
que avanzaron más rápidas las palabras que las acciones de quienes prometieron
revolucionar la realidad a cambio de que les dieran la facultad de gobernarlos "representativamente".
Hasta tanto, algunas de las claves de la superación del estado de cosas
actuales permanecerán ocultas en las lenguas muertas del empoderamiento
ciudadano, al que nadie quiere apostar.
1
http://www.eltiempo.com/bogota/encuesta-de-datexco-entre-penalosa-y-pardo/16233735.
Recuadros
¿Continuidad? ¿continuidad reformada? Más allá de los trivializados discursos
sobre la solución a problemáticas puntuales, en todas las apuestas de gobierno
resalta la manifiesta imposibilidad de replantear estructuralmente la ciudad,
de desarrollar rupturas respecto a la matriz hegemónica de gobierno, de ahí que
se oscile entre una continuidad y una continuidad reformada, nada diferente ni
originalmente revolucionario, ninguna alternativa capaz de transcender la
somera manipulación de variables endógenas al sistema o subsistemas asociados.
Se ha vuelto infecunda la imaginación política para enfrentar los problemas de
la ciudad, al ser esterilizada por los límites que imponen al cambio las leyes,
los códigos, las cortes y los organismos de control.
Recuadro 2 - Movilidad -
Rafael Pardo. 1. Modalidad intermodal; 2. Mayor grado de sinergia entre peatones, bicicletas
y transporte público; 3. Mejoramiento del servicio de Transmilenio (ampliación
de estaciones, eficiencia operacional, mejoramiento de vías, señalización,
información al usuario) y el SITP
Desarrollo de infraestructura para peatones y usuarios de bicicleta; 4. Desarrollo del metro, mejoramiento de la malla vial, construir nuevas carreteras (Avenida Longitudinal de Occidente - ALO). 5. La posibilidad de cobrar a los carros particulares por congestionar ciertas zonas de la ciudad.
Desarrollo de infraestructura para peatones y usuarios de bicicleta; 4. Desarrollo del metro, mejoramiento de la malla vial, construir nuevas carreteras (Avenida Longitudinal de Occidente - ALO). 5. La posibilidad de cobrar a los carros particulares por congestionar ciertas zonas de la ciudad.
Peñalosa. 1. Disposición de una malla vial reparada; 2. Mejora en la gestión del tráfico
y en la construcción de nuevas vías; 3. Rápida construcción del metro, con
modificaciones a los diseños iniciales e incorporando tramos elevados; 4. La
expansión de las troncales de Transmilenio; 5. Volver técnica y financieramente
viable al SITP; 6. Incrementar el uso de la bicicleta del 6 al 15 por ciento y
la infraestructura de ciclorutas; 7. Cultura ciudadana para mejorar el tráfico;
8. Construcción de la ALO; 9. Interconexión entre SITP y transporte
intermunicipal. "Proponemos generar desarrollo y calidad de vida para todos, con un
sistema público de transporte masivo más rápido, cómodo y eficiente, que
incluya la Primera Línea del Metro y que integre a todos los sectores de la
ciudad".
Clara López Obregón. 1. Robustecimiento del Sistema Integrado de Transporte a partir de la
interconexión del existente con el metro; 2. Mejoramiento de la malla vial y
modificar la construcción de la fase III de Transmilenio, conectando a Soacha
con el norte de la ciudad a través de la Avenida 68; 3. Una de las preocupaciones
inmediata está relacionada con el estado de las troncales de Transmilenio de la
Caracas y Autopista Norte, sobre las que propone inversiones inmediatas para
solucionar el problema de las vías.
Seguridad
Peñalosa. 1. El alcalde de la ciudad debe liderar la Policía y exigir resultados. 2.
Prevención del delito (atención a jóvenes vulnerables); 3. Mejoramiento de
entornos que fomentan el crimen (espacios poco iluminados, con basuras,
escombros y "graffities"); 4. Fortalecimiento de la Policía con
mejores medios técnicos (cámaras de vigilancia con reconocimiento facial y
placas de vehículos); 5. Incremento del número de policías; 6. Renovación a la
línea 123 y creación de un nuevo sistema de denuncias; 7. Cero tolerancia al
atraco y acoso en Transmilenio; 8. Creación de la Secretaría de Seguridad y
Convivencia Ciudadana; 9. Garantizar a las mujeres el acceso efectivo a la
Justicia, sancionar a sus agresores y castigar el maltrato intrafamiliar. "Vamos a imponer el imperio de la Ley. Haremos cumplir las normas
generando espacios urbanos limpios, seguros donde reine el orden y no el hampa.
Vamos a garantizar el derecho sagrado a vivir sin miedo".
Clara López Obregón. 1. Enfrentar la inseguridad en la ciudad a partir de la profundización de la inclusión
social mediante la cultura democrática; 2. Ampliar la cobertura de la política
pública hacia sectores vulnerables, mano dura con la delincuencia, pero que
también mano tendida para sacarlos de las actividades delincuenciales; 3.
Gestionar la seguridad a partir de criterios técnicos, de inclusión social y de
eficiencia; 4. Atacar las bandas de microtráfico en las localidades y en los
colegios, pero proporcionar oportunidades de trabajo y educación para evitar
que los jóvenes emprendan o perduren en el camino del crimen. 5. Incrementarse
el número de efectivos de policías a partir de los recursos humanos de la misma
institución y no mediante la creación de grupos policivos paralelos. 4.
Profundización de las políticas de inclusión social, como timonel de la
política de seguridad del Distrito.
Rafael Pardo. 1. Relaciones más armónicas entre la Policía y la administración distrital; 2.
El fortalecimiento de los cuadrantes de Policía; 3. Implementación de un nuevo
sistema de denuncia, "banco de datos de rostros" para lograr
implementar la tecnología de reconocimiento facial, grupos elite infiltrados en
el servicio público, son algunas propuestas puntuales para el aseguramiento de
la seguridad en la ciudad; 4. Creación de una "Guardia urbana" de
cinco mil hombres y mujeres que atenderán las contravenciones contempladas en
el Código de Policía, garantizando que "quien incumpla una norma sea
sancionado".
Modelo de ciudad
Clara López. 1. "Toda la actividad
administrativa, económica y social, así como las relaciones con la ciudadanía y
el Concejo Capitalino estarán atravesadas por lo que ahora se conoce como el
derecho a la ciudad que garantice a todos y todas el disfrute y aprovechamiento
de la vida social en igualdad de oportunidades y de acceso al ejercicio de los
derechos fundamentales sociales y colectivos". 2. El derecho a la ciudad
comprende: el derecho al ambiente sano, el derecho a que los niños sean
privilegiados, el derecho de las minorías étnicas, de la diversidad sexual, a
una perspectiva de género, a la igualdad de oportunidades, el derecho a la
salud pública, derecho a no ser desplazado de la ciudad por proyectos de
renovación urbana, al acceso a toda la ciudad, entre otros.
"Es necesario continuar fortaleciendo el entorno favorable a la actividad
privada mediante la construcción de la infraestructura que facilite toda clase
de actividad productiva generadora de empleo y que contribuya a mejorar la
calidad de vida de todos los bogotanos como una manera concreta de ir cerrando
la brecha entre las dos ciudades".
Rafael Pardo. 1. Desarrollar una gestión urbana que localice y distribuya con equidad
territorial las oportunidades de desarrollo y bienes colectivos como
recreación, cultura, educación y salud. 2. Urbanismo de la demanda, atender las
necesidades de las personas evitando que éstas tengan que desplazarse demasiado
para poder satisfacerlas. 3. Ciudad como plataforma física de la competitividad
y la innovación, capaz con su sistema urbano de generar confianza en los
agentes económicos, atender las demandas de espacio público con calidad. 4.
Ejecución de actividades urbanas integrales en subscentros de la ciudad, el
replanteamiento de las normas de uso y aprovechamiento del suelo hacía el
interés común.
Peñalosa. "Ajustaremos el Plan de Ordenamiento Territorial con una gran
participación ciudadana y de los diversos sectores, para que sea una ciudad
respetuosa de la dignidad humana, incluyente, eficiente, atractiva y competitiva
que propicie el buen vivir de sus habitantes y el disfrute de sus
visitantes". 1. Recuperar Metrovivienda como agencia encargada de ofrecer soluciones de
vivienda a los sectores más populares.; 2. Construcción de vivienda popular
incluye la recuperación de tierras de los urbanizadores ilegales, el acceso a
los programas y convocatorias de vivienda hechas por el Gobierno Nacional; 3.
La renovación urbana es una de las estrategias centrales para construir ciudad;
la apuesta de Peñalosa incluye la construcción de parques, andenes, colegios y
centros comunitarios. (recuadro, ¿Continuidad?)
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Habitus: Bogotá: El tinglado electoral: La historia se repi...: Movilidad. Peñalosa .
1. Disposición de una malla vial reparada;
2. Mejora en la gestión del tráfico y en la construcción d...
Allan Bolívar* Bogotá: El tinglado electoral
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