«La
economía, estúpido» (the economy, stupid), fue una frase muy utilizada en la
política estadounidense durante la campaña electoral de Bill Clinton en 1992.
Clinton se refería a que era la situación económica de los estadunidenses el
problema a resolver.
Parafraseando a este expresidente, sostengo, que antes que cualquier
problema de violencia y demás, el nuestro, el colombiano, es: "el
clientelismo, estúpido", constituido en uno de nuestros principales
escollos para el desarrollo en lo económico y social, y por supuesto, lo
político. Y así es porque desde dicha relación se desprende gran parte de la
corrupción imperante en el país, así como el gran desequilibrio electoral
existente para que los movimientos democráticas y de izquierda puedan competir
en relativa igualdad de condiciones a las gubernamentales. De igual manera, el
clientelismo es factor determinante en el rezago cultural del país. En este
sentido, el clientelismo en las actuales condiciones seguirá siendo el problema
a resolver, incluso, con la firma de la paz. Es más. Roy Barreras, gran
espadachín santita en el tema de la paz, decía en alguna ocasión: "que
vengan, que aquí los molemos", en referencia a las Farc. Y claro, con el
clientelismo en sus diversas expresiones, a cualquier movimiento político
alternativo a la izquierda o al centro, el clientelismo lo barre. O sino,
¿quién es capaz de hacer política seria y honesta al lado, por colocar solo
algunos nombres, de Germán Vargas Lleras en La Guajira; los Ñoños en Córdoba;
los Char, Gerleín y Efraín Cepeda en el Atlántico, y Roy y Dilian Francisca
Toro en el Valle? Que a veces hay chispazos: sí, los hay, pero por lo general,
son eso, chispazos.
Las recientes elecciones municipales y departamentales 2015 demostraron,
que hasta la expresión más viva del clientelismo, representada en los partidos
liberal, conservador y de la U, son barridos de sus escenarios cuando de sus
entrañas sale un monstruo más poderoso; este fue el caso del autodenominado
"Cambio Radical", que de cambio no tiene nada, y de radical tiene el
presupuesto de obras del gobierno Santos. Pero sobre todo, la publicidad a su
favor.
No se había dado antes, que un ministro, caso Germán Vargas Lleras, con
movimiento político propio, hiciera uso de su cargo, pero especialmente, de los
recursos de los colombianos –manejados por el Estado–, para beneficio propio,
con apoyo taimado del Presidente, lo cual le facilitó que a donde llegaba
prometiendo obras ganara adeptos para sus candidatos, incluyendo la cuestionada
hoy gobernadora del deprimido y expoliado departamento de La Guajira, la
llamada "princesa negra" Oneida Pinto Pérez, aliada del
"asesino" Kiko Gómez. Hasta el uribismo, representado en el
movimiento Centro Democrático, otrora dueño del poder en Colombia a través de
la burocracia y el presupuesto, se quejó de la descompensación gubernamental a
favor de Cambio Radical1. No en vano se
dice, que políticos bogotanos de la talla de Vargas Lleras y Santos, son
estadistas en Bogotá y clientelistas en las regiones.
Clientelismo extensivo. Las más de 1.123 administraciones municipales y
distritales 2011-2015, dejaron 892 sancionados, de los cuales la U tuvo 121
revocados, Alianza Verde 111, igual cifra Opción Ciudadana y 33 del llamado
grupo significativo de ciudadanos por firmas.
Sancionados que se resisten. Para las elecciones de 2015 la Fundación
Paz y Reconciliación, en un simple análisis, demostró 152 candidaturas
cuestionadas2. De estos, la mayoría aspiró a la reelección a
través de familiares, fueran hermanos, primos, sobrinos o esposas y esposos.
Diríamos, "lazos familiares del clientelismo". Ya antes lo habían
hecho los parapolíticos por medio de lo que es conocido como "la política
o la parapolítica en cuerpo ajeno". Situación que volvió a repetirse en
las elecciones 2015, en las que los partidos Cambio Radical y de la U fueron de
los que más familiares de parapolíticos apoyaron por medio de su aval3. Ni que decir de Horacio Serpa Uribe y su apoyo al
cuestionado Didier Tavera en Santander y Luis Pérez Gutiérrez en Antioquia.
Las anteriores cifras demuestran que las administraciones públicas han
pasado de la tradicional captura del clientelismo al clientelismo mafioso,
caracterizado por disponer de los presupuestos públicos para el más
desvergonzado enriquecimiento ilícito. A los partidos políticos descaradamente
nada les impide avalar candidaturas mafiosas y corruptas, con tal de participar
de parte del poder municipal, y a futuro contar con aliados para las elecciones
presidenciales y parlamentarias. En su momento Kiko Gómez –cuestionado por
asesinato de sus contrincantes–, fue avalado y apoyado por Cambio Radical, a
pesar de ser públicas sus andanzas, y sirvió de soporte para la reelección de
Álvaro Uribe II y la elección de Santos I.
Todo lo anterior demuestra que las administraciones públicas en sus
diversas expresiones constituyen el escenario propicio para el clientelismo,
basado en las siguientes fases:
- Fase I: Se dispone de presupuestos privados o públicos para
"ganar" gobierno.
- Fase II: Se llega a la administración municipal, distrital o departamental y se dispone del presupuesto y de la burocracia.
- Fase III: Se pagan favores a contratistas, amigos y familiares.
- Fase IV: Se cuenta con una base reeleccionista, asegurándose la misma a través de un familiar o amigo cercano. Se repite el ciclo.
- Fase II: Se llega a la administración municipal, distrital o departamental y se dispone del presupuesto y de la burocracia.
- Fase III: Se pagan favores a contratistas, amigos y familiares.
- Fase IV: Se cuenta con una base reeleccionista, asegurándose la misma a través de un familiar o amigo cercano. Se repite el ciclo.
Democracia al cliente. Ante tales situaciones cabe la pregunta, ¿es Colombia una nación
democrática por aquello de que realiza elecciones de manera periódica? Para los
politólogos de derecha, tipo Fernando Cepeda y Posada Carbó, así como para la
inmensa mayoría de medios de comunicación oficiosos, somos un país democrático,
y según estos, somos supuestamente la democracia más antigua y estable de
América latina. Lo que no dicen, es el cómo.
Pues bien, a los ideólogos y a los medios de la derecha, incluyendo al
propio uribismo, que hoy le han dado de su propia medicina, hay que recordarles
la manera y forma como se llevan a cabo las elecciones en Colombia. Y las
recientes, no solo fueron ajenas al más refinado clientelismo, representado en
el poder de las grandes obras de construcción de Vargas Lleras, así como sus
promesas de vivienda por medio de su ministerio en cuerpo ajeno, de quien su
actual ministro no es más que un títere, sino que lo tradicional volvió a la
arena pública.
La compra y venta de votos en sus diversas formas (dinero, mercados,
obras, empleo, contratos, etcétera). El voto de Registraduría representado en
registradores y jurados de votación, que juegan a quitar y sumar votos de
acuerdo a conveniencias o negocios previamente pactados (el caso UP en Bogotá
es apenas un ejemplo, movimiento político al que no le contabilizaron cerca de
4.000 votos, por ignorancia de los jurados o por jugadas maestras que permiten
sumar igual número de sufragios a otro partido). Presupuestos y burocracias
departamentales y municipales a favor del sucesor. Medios de comunicación
parcializados –tipo Rcn, Caracol y Blu Radio–. Elecciones de encuestas:
posicionar a un candidato para que tome fuerza se volvió una costumbre
electoral en el país, tipo encuestas alcaldía de Bogotá con Peñalosa a la
cabeza4. Guerra sucia. bulling tipo Caracol contra Clara
López5. Todas y cada una de estas manifestaciones de
clientelismo y corrupción, pública y privada, se repitieron de nuevo, como
parte de una costumbre ya típica de nuestra democracia clientelizada.
Más que la compra-venta del voto, con precios que llegaron en algunas
partes de la costa Atlántica a $ 150.000 el combo (gobernación - alcaldía -
Asamblea y Concejo), lo más paradójico fue que se vieron escenas
contraproducentes, como candidatos repartiendo agua en algunas regiones del
país –ante la sed del Fenómeno de El Niño–, mercados marcados en medio del
hambre en La Guajira6, vivienda con "casas en el
aire", etcétera, manifestaciones clientelistas y corruptas que
constituyeron el diario vivir de los candidatos en la búsqueda del disputado
sufragio.
Casos llamativos como el de los Ñoños7 en Córdoba,
quienes con alusión descarada a la mermelada santista, señalaban que con ellos
dicho departamento tendría más apoyo gobiernista si sus candidatos salían electos.
Por su parte, el candidato del billete, como dicen en la costa
Atlántica, era Yahir Acuña, quien para las elecciones 2014 salió electo a la
Cámara de Representantes por Sucre, y se dio el lujo de 'vender' su votación
para Senado a los entonces candidatos José David Name (hijo del otrora cacique
José Name Terán); Efraín Cepeda Sarabia, (llamado en el Atlántico "el rey
de la Registraduría"); Julio Miguel Guerra, el hijo del gobernador de
Sucre, Julio César Guerra Tulena; Eduardo Pulgar Daza, senador de la U, oriundo
del Atlántico, desteñido parlamentario pero hábil clientelista y gran comprador
de votos; y Mario Fernández Alcoler, liberal. Pues bien, este personaje, que
apoyaba a su esposa a la gobernación de Sucre, ya que él estaba impedido, fue "cogido"
a dos días de las elecciones 2015, en una vía de su departamento, con cerca de
$ 500 millones en su vehículo particular, sin que a la fecha haya podido
explicar origen y destino de dicha suma de dinero, aunque: "blanco es,
gallina lo pone, ¿qué será?".
Sobre Yahir Acuña en su momento señalaron:
"La fila le daba dos veces la vuelta a la manzana y no era para
menos. El representante Yahir Acuña en persona, con la usual simpatía que se le
conoce en Sucre, estaba entregando a todo el que la quisiera hacer una botella
de whiskey y 20 mil pesos con un respectivo apretón de manos y una sonrisa.
Para sus líderes de confianza el billete era de 50 mil. El regalo, les
explicaba a todos, era para que tuvieran con qué pagar la entrada a la fiesta
de toros y para "la sed"8. Si esto es
democracia, apaga y vámonos.
Las recientes elecciones demostraron una vez más, que más que ideas lo
que había de por medio en estos comicios ya no era el tradicional TLC
(tamal-lechona-cerveza o teja-ladrillo-cemento), ¡no! esta práctica quedó de
lado hace rato. Incluso los 10 y/o 20 votos a que está obligado cualquier
empleado vía contrato termino fijo en cualquier dependencia estatal, no
determina un buen resultado electoral. Influyen, pero no son la esencia del
clientelismo "democrático" colombiano, o mejor, de la democracia
clientelizada colombiana.
Por cierto, esta democracia, la realmente existente en Colombia, cuenta
con cerca de 1.000.000 de empleos públicos directos e indirectos en la
administración central y millones de familias con Sisbén, grupos a los cuales
en época electoral les recuerdan quién es quién con el empleo y el dinero.
Recientemente se descubrieron 457 mil muertos que siguen recibiendo subsidios
vía Sisbén. El clientelismo sí sabe sacarle provecho a las prebendas, la
izquierda no. Bogotá lo acaba de demostrar.
Por cierto, Yahír Acuña lo más probable es que pague por su osadía de
desequilibrar el poder clientelar en Sucre y la costa Atlántica. A lo mejor le
seguían los pasos sus adeptos y contrincantes, y en un descuido le demostraron
que él seguirá siendo una "pata pelaa" como lo fue cuando vendía agua
en Sincelejo en un burro. Creyó que Santos y Vargas Lleras, bogotanos
"perfumados", eran sus amigos.
Otro ejemplo de democracia clientelizada sobresale en Buenaventura, por
cierto, gobernada por "dirigentes" políticos afrocolombianos, al
igual que el Chocó, en donde los últimos tres alcaldes han terminado presos, y
donde 4 de los 7 candidatos estaban seriamente cuestionados9.
Zona de masacres, desigualdad social inédita, confrontación armada de
todo tipo, y corrupción rampante, Buenaventura constituye un espejo de la
política corrupta imperante en amplias zonas del país.
Del clientelismo al menudeo, al gran
contrato. De los Names a los Ñoños. Durante un buen tiempo el símbolo de la
politiquería en nuestro país se referenció con políticos de la talla de José
Name Terán, todo un experto en clientelismo tradicional, muy al estilo de la
escuela del "ilustre" Julio César Turbay Ayala, para quien en su
momento, la corrupción debía llevarse a sus justas proporciones: el 10 por
ciento de comisión. Pues bien, el clientelismo de antaño se caracterizó por el
empleo, la pequeña obra, el abrazo de compadre, y uno que otro contrato. Pero
aunque se dice, que esos tiempos quedaron atrás, ya que de por medio está un
voto independiente, la televisión y las influyentes redes sociales, hoy lo
determinante es el gran contrato, y entre estos, las concesiones viales,
eléctricas, mineras, de salud, etcétera, a perpetuidad, las cuales han sido
repartidas en algunos departamentos equilibradamente entre grandes
parlamentarios.
Pero hoy en día, la movida está en las discusiones del presupuesto
general de la nación, en donde, a través de trampas, que incluyen las Mesas
Directivas y Secretarías de Senado y Cámara, así como funcionarios corruptos de
Planeación Nacional y el propio Ministerio de Hacienda, y hasta se podría decir
que el propio Presidente y sus Ministros facilitan la formación de una camada
de congresistas que saben disponer de partidas presupuestales específicas, que
luego de ser aprobadas vía presupuesto general, las venden a contratistas, o
piden comisiones por las obras a realizar. Este el clientelismo ñoñonizado.
Este clientelismo toma fuerza desde la reforma constitucional de 1968,
cuando Carlos Lleras Restrepo, abuelo de Germán Vargas Lleras, tranzó su
reforma con el Congreso, al cual le otorgó los llamados "auxilios
parlamentarios", permitiendo a cada congresista –basado en su habilidad
delincuencial–, disponer de una suma presupuestal para ser distribuida a su
conveniencia entre sus amigos. Por lo general el 50 por ciento de los auxilios
parlamentarios de la época terminaban en los bolsillos del clientelismo.
Con la Constitución de 1991 dicha práctica fue abolida. Pero en las
primeras de cambio, tanto César Gaviria, como su ministro de Hacienda –Rudolf
Hommes–, los resucitaron por medio de lo que fue llamado como
"asignaciones específicas", las mismas que el hoy presidente Santos,
como ministro de Hacienda de Pastrana, defendiera ante la Corte Constitucional,
ente que los declaró válidos. Dichos auxilios, revestidos como asignaciones,
reciben el mote genérico de mermelada.
La mermelada es repartida por medio de asignaciones de obras que
supuestamente se van a hacer en un departamento. Puede ser un puente, escuela,
carretera, cancha deportiva, casa de la cultura, etcétera. La suma que un
determinado parlamentario recibe es gracias a su poder de manipular las
discusiones en las Comisiones Económicas y del bloque que se llegue a conformar
en las Plenarias de Senado y Cámara. Pero aquí juega el jefe de Estado, el ministro
de Hacienda, el director de Planeación, y los funcionarios corruptos de la
administración central.
Por los Ñoños se entiende la llave de Musa Besaile y Bernardo 'Ñoño'
Elías, ambos de La U y del departamento de Córdoba, convertidos en fenómeno en
las elecciones del 2014, en las cuales, gracias a que entre 2011 y 2012, Ñoño
Elías habría recibido por concepto de cupos indicativos 90.000 millones de
pesos, y Besaile 68.000, lo que les permitió reunir votaciones descomunales10.
Al contar con grandes sumas de dinero, producto de las comisiones de
obras, si es que estas se hacen, un político clientelizado o ñoñonizado, puede
disponer de grandes recursos para la compra de votos a través de los
empresarios de la cedulación, es decir, aquellos que ya tienen su
"rebaño" electoral apartado y marcado. Por si es el caso, se puede
comprar al registrador de la localidad. Y ni que decir de los medios de
comunicación.
Las grandes obras públicas dan para todo. Los grandes contratistas
peñalosistas lo saben, en especial Vargas Lleras. Ellos también son otro tipo
de Noños, los cuales alcanzaron el poder, el gobierno y los recursos, frente a
una izquierda que no logró conectarse a profundidad con diversos sectores
sociales en la capital del país, dejando el espacio abierto para que el
clientelismo de viejo y nuevo tipo retornara a la y se colocará a la cabeza de
la administración de la ciudad.
1
http://caracol.com.co/radio/2015/10/15/politica/1444863628_782957.html.
2 El Espectador, miércoles 21 de octubre 2014, p. 6
3 Ibíd., p. 4.
4 El Espectador, jueves 8 de octubre 2015, p. 2.
5 http://www.semana.com/nacion/articulo/la-dura-carta-de-clara-lopez-semana-por-el-cubrimiento-de-su-candidatura-la-alcaldia/449196-3.
6 http://lasillavacia.com/historia/cambio-agua-por-votos-en-la-guajira-51286.
http://www.pacocol.org/index.php/comite-regional/la-guajira/9321-aida-avella-ninos-wayuu-mueren-de- sed-y-hambre-mientras-corruptos-cambian-votos-por-agua-en-la-guajira.
7 Por los Ñoños se entiende la llave de Musa Besaile y Bernardo 'Ñoño' Elías, ambos de La U y del departamento de Córdoba.
8 http://lasillavacia.com/historia/con-whiskey-y-billete-yahir-acuna-le-pelea-sucre-al-gordo-garcia-46513.
9 El Espectador, viernes 16 de octubre de 2015, p. 8.
10 http://www.semana.com/nacion/articulo/politica-que-va-de-los-names-los-onos/380536-3.
11 Bobbbio, Norberto. Derecha e izquierda, Taurus, 1995, p. 11.
2 El Espectador, miércoles 21 de octubre 2014, p. 6
3 Ibíd., p. 4.
4 El Espectador, jueves 8 de octubre 2015, p. 2.
5 http://www.semana.com/nacion/articulo/la-dura-carta-de-clara-lopez-semana-por-el-cubrimiento-de-su-candidatura-la-alcaldia/449196-3.
6 http://lasillavacia.com/historia/cambio-agua-por-votos-en-la-guajira-51286.
http://www.pacocol.org/index.php/comite-regional/la-guajira/9321-aida-avella-ninos-wayuu-mueren-de- sed-y-hambre-mientras-corruptos-cambian-votos-por-agua-en-la-guajira.
7 Por los Ñoños se entiende la llave de Musa Besaile y Bernardo 'Ñoño' Elías, ambos de La U y del departamento de Córdoba.
8 http://lasillavacia.com/historia/con-whiskey-y-billete-yahir-acuna-le-pelea-sucre-al-gordo-garcia-46513.
9 El Espectador, viernes 16 de octubre de 2015, p. 8.
10 http://www.semana.com/nacion/articulo/politica-que-va-de-los-names-los-onos/380536-3.
11 Bobbbio, Norberto. Derecha e izquierda, Taurus, 1995, p. 11.
* Magíster en ciencia política, UniAndes; Magíster en periodismo,
Universidad de Bielorrusia
Recuadro 1
Rafael Ballén, candidato del PDA a la
gobernación de Cundinamarca
"En Cundinamarca, como en toda Colombia, la democracia es apenas un
aviso"
Entre las muchas experiencias vividas por candidatos del Polo (PDA) en las elecciones de octubre último, destaca la
que encabezó Rafael Ballén para la gobernación de Cundinamarca, donde hace
varias décadas ejerció la docencia en escuelas y colegios, así como vocerías
sociales en diversos concejos municipales. Su posterior formación en leyes le
permitió asumir la docencia universitaria en varios centros académicos y
funciones en diversas instancias estatales. La postulación que la Coordinadora
Departamental del Polo le hizo, lo sacó por unos meses de la literatura –a la
cual está dedicado desde hace unos años– llevándolo de nuevo a recorrer
municipios y veredas. Aquí su lectura de lo que vivió y vio durante algunos
meses de ajetreo electoral.
desdeabajo (da). Rafael, ¿cuáles son las lecciones más significativas
recogidas durante la campaña que acaba de liderar por la gobernación de
Cundinamarca?
Rafael Ballén (RB). Son cuatro: 1. Que tenemos un sistema electoral inepto,
obsoleto y corrupto. No tanto por las personas que ocupan su estructura –que no
por estar allí son corruptas– pero sí el sistema electoral (de lo cual las
elecciones son el principal componente), que solo sirve para quienes tengan dos
cosas: a) dinero, b) medios de comunicación. Con el primero corrompen a la
gente y compran la conciencia de los líderes, y con el segundo confunden. Un
axioma se desprende de esto: "quien tenga dinero y medios gana". La
evidencia es contundente: con este sistema electoral es imposible que haya paz,
pues no permite una participación ni honesta ni entre iguales.
da. Existe una vieja propuesta de impedir que los dineros particulares
entren en las campañas, ¿lo que vio por decenas de municipios reconfirma la
necesidad de hacer tal propuesta realidad? RB. Sin duda. Hay que impedirlo pues ahí llega todo tipo de dinero, además de
que los contratistas terminan siendo los dueños de las campañas, actuando como
los arnés de la política electoral.
da. ¿Es necesario, entonces, reforma este sistema electoral? RB. Estamos ante un sistema electoral que ni es democrático, ni justo ni
equitativo, por lo cual una simple reforma no será suficiente; para que de
verdad las oportunidades sean para todos debe sufrir una cirugía de cuerpo
entero. Tenga en cuenta que siempre que lo han reformado es para favorecer de
mejor manera a quienes siempre han tenido el poder.
da. Aludía usted a cuadro aprendizajes, faltan tres... RB. Sí, retomemos, 2. Existe una corriente política en Colombia que sigue
propiciando la guerra como mecanismo electoral, imponiendo candidatos en
ciudades capitales, departamentos y municipios –aunque ahora no le fue tan
bien–; 3. En lo que respecta a Cundinamarca, existen muchos municipios en la
miseria, donde los derechos fundamentales son letra muerta; es decir, la
miseria en el interior del país es palpable, ¿cómo será en las regiones más
apartadas? 4. Aún en contra de los partidos tradicionales, en las comunidades hay
alma de organización colectiva, lo que explica que algunos alcaldes resulten
elegidos, más que por el aval de x o y partido, por el esfuerzo y capacidad de
movilización de las bases.
da. Su campaña tuvo muy bajo nivel, ¿a qué se debió ello? RB. Dos factores son aquí relevantes: 1. La falta de estructura del PDA en
Cundinamarca, y por lo tanto, ausencia de acompañamiento al candidato. Es una
realidad: el Polo no tiene estructura alguna en el territorio de este
departamento, sus simpatizantes lo son por puro corazón. Esa es la queja de los
simpatizantes del Polo en esta parte del país: que únicamente los buscan cuando
hay elecciones, el resto del tiempo los dejan solos. 2. La democracia en
Colombia es un simple aviso, ¿qué democracia es aquella donde a un candidato de
oposición no le permiten hablar en los grandes medios?
da. ¿Qué quiere decir con ello? RB. Existe una norma en el país la cual estipula que todos los candidatos deben
tener acceso a los medios de comunicación, y estos deben procurar que así sea.
Pues bien, la realidad está en contra de la norma, la cual es usada por esos
grandes medios para vacunarse ante una posible sanción. Estuve en campaña tres
meses y nunca pude acceder a los micrófonos ni a la imagen de ninguna de las
grandes cadenas radiales ni a los canales de televisión. Las únicas dos veces
que hicieron la pantomima de entrevistarme fue así: Un día me llaman de una de
las dos grandes cadenas radiales y me hacen una primera pregunta: ¿Cuál el
propósito principal de su plan de gobierno?, la defensa de lo público, respondo
sin demora. De inmediato quien preguntó cerró la entrevista. En otra ocasión
suena el teléfono y me ordena el periodista de la otra gran cadena radial que
resuma en un minuto mi perfil personal y el programa de campaña, está de más
decir que rechacé la supuesta entrevista.
da. En estas condiciones, ¿ante cuáles retos está el PDA en Cundinamarca
para ser consecuente con su ideario? RB. Ser la expresión del Partido en Cundinamarca, es decir, darle forma a una
estructura territorial, y al mismo tiempo realizar foros ideológicos y
programáticos que le permitan darse una identidad y estar en contacto
permanente con sus simpatizantes. Si actuamos así, quienes lo integramos
estaríamos preparados para refrendar los acuerdos de La Habana, y para afrontar
de manera cabal las elecciones de 2018, en las que la izquierda debe reunir 10
millones de votos si de verdad aspira a ser alternativa de poder.
Ilusas pretensiones politiqueras
"[...] la mayor vergüenza no terminó ahí. El heredero de Álvaro
Cruz me envió toda suerte de emisarios, desde mis amigos personales, hasta
miembros del vértice de la campaña de Clara López, pasando por viejos cuadros
de izquierda. Solo hizo falta que la propia presidenta del Polo me llamara para
decirme: "Rafael, debes retirarte y adherir al ganador en
Cundinamarca". No me extraña ni me aterra la audacia y el desconocimiento
que de mi conducta tiene el hombre, pero sí me deprime que la gente del Polo
que lo escuchó se haya atrevido a contemplar mi retiro a favor de un tercero.
Faltando diez días para el 25 de octubre, una noche recibí una llamada de una
persona a quien yo no había escuchado en mi vida. Era la primera o la segunda
en la jerarquía de la campaña de Clara López [...]. 'Necesito hablar urgentemente
contigo, pero tiene que ser personalmente'. Suspendí los compromisos que tenía
y asistí a la cita. Después de varios rodeos concluyó: 'se sientan ustedes dos
y hacen el gabinete de Cundinamarca. Tú escoges las secretarias que quieras.
Como sé que has hecho una buena campaña en Soacha, tu adhesión deben hacerla en
ese municipio'. La pregunta es: ¿Si el heredero de Cruz intentó quebrantar la
férrea voluntad del candidato del Polo a la gobernación, a cuántos de nuestros
candidatos a alcaldías y concejos sobornó". (Extracto de la carta
"Breve percepción de la campaña a la Gobernación", enviada por Rafael
Ballén al presidente y demás miembros de la Coordinadora Departamental del
Polo, octubre 27 de 2015).
Recuadro 2
La izquierda a la deriva. Lo sucedido en Bogotá es apenas una pequeña nuestra del gran fracaso de
la izquierda colombiana, caracterizada por el tribalismo, el egoísmo, el
personalismo y mesianismo de grupos, casi sectas, que parecen que no hubieran
aprendido de los sucesos de los años 60 y 70 del siglo XX, cuando en las
universidades públicas decenas de grupos maoístas, trotskistas, línea soviética
y otros, debatían sus consignas a palo, mientras afuera de las centros
educativos, el país era otro.
Desaparecida la Unión Soviética, hoy convertida en un Estado mafioso; China,
una nación que tiene esclavizada a su población a favor del gran capital
internacional; Cuba, pidiendo a gritos la inversión gringa, y el otrora Vietnam
heroico marchando por la senda del capitalismo, cabe preguntarse, ¿por qué
pelea la izquierda en Colombia?
Un exsindicalista que fue a renovar su pensión, un ladrón a enriquecer su familia, y un ególatra que se cree mesías, demuestran un rotundo fracaso de la izquierda en Colombia.
Un exsindicalista que fue a renovar su pensión, un ladrón a enriquecer su familia, y un ególatra que se cree mesías, demuestran un rotundo fracaso de la izquierda en Colombia.
La clase media fue el puente para que el Polo llegara al gobierno de Bogotá, no
al poder. El Polo no lo entendió. La abandonó, prefirió dar el pescado, y a
montones, a los sectores "desposeídos", razón ideológica de su
bandera. Sin embargo, el día de las elecciones, ante una Bogotá trancada y
sucia, Cambio Radical apostó a la palabra Cambio, y no hacía falta ser un gran
estratega electoral para voltear la torta. Con paciencia, pero con recursos a
la mano, Cambio Radical salió a comprar lideres con votos, algo ya típico de
Bogotá, mientras el progresismo petrista, con escasos 50 mil
"pecuecos" votos, vio naufragar su barco en medio del apoyo
vergonzante a Santos y Pardo. Hasta en Sumapaz sumaron ediles para Vargas
Lleras.
Petro fue soberbio y falló en su clasismo. No tenía porque demostrarlo tan
rabiosamente. Nunca encontró una propuesta sería para Bogotá. Imposible que
disponiendo de presupuesto propio, no pudiera haber hecho el
"cemento" que la ciudad esperaba, como era TransMilenio por la
Boyacá, así como sus "propias" obras, a saber, el Cable de Ciudad
Bolívar y el Tranvía por la Séptima. El contrato de la famosa máquina tapa
huecos recayó en un mediocre artista de televisión, lo cual dejó dudas. No tuvo
planificadores, y menos ejecutores. La izquierda demostró que no tiene
capacidad de gobernar. Será regresar a los pequeños municipios, y volver a
barajar en Bogotá con caras nuevas. Aunque Salvador Allende se lanzó cuatro
veces a la presidencia de Chile.
Petro no entendió a Norberto Bobbio cuando dice: "Quien quiere hacer
política día a día debe adaptarse a la regla principal de la democracia, la de
moderar los tonos cuando ello es necesario para obtener un fin, el llegar a
pactos con el adversario, el aceptar el compromiso cuando éste no sea
humillante y cuando es el único medio de obtener algún resultado"11.
"Partidos" en una serie de partidos y movimientos políticos, Polo,
seudo Verdes, Maíz, Unión Patriótica, y una serie de maquinarias
"indígenas" prestas a dar avales a cambio de dinero, igual que las
negritudes, así las cosas la izquierda no encontró su ideario. Amén de una
Clara López desteñida, sin discurso, viviendo de las primeras encuestas, dando
espacio para que el sistema, con sus medios y periodistas a su servicio, los
molieron. Algo que era sabido, y para lo cual han debido preparase y no
"llorar" como hoy lo hacen. Lo peor, se quedaron esperando el guiño
santista, en recompensa por haberlo apoyado ante la encrucijada uribista de
2014.
Para mayor inquietud, la izquierda -con algunas islas-, pareciera que no existe más allá de Bogotá. En la costa Atlántica sí que está desaparecida, y lo peor, Polo Democrático, Verdes y petristas se pelean a ver si apoyaban a Verano y Char, y a esperar un "puestecito", que en las primeras de cambio se los quitan. Lo de Barranquilla da ganas de llorar por ti, izquierda colombiana, seudo líderes mercantilistas y pegados al poder corrupto de la ciudad y el departamento. Y pesar que Petro se trajo para su administración a varios costeños que sin conocer la ciudad, naufragaron en la administración capitalina y hoy regresan fracasados a sus sedes.
A futuro, las vías a venir con las Farc y Eln en medio de la "molienda" pronosticada por Roy Barreras, es necesario concretar la frase de cajón muchas veces dicha: Unidad. Algo posible si deponen los egos. Separados, cada uno por su lado, como el suicidio de la UP en Bogotá, la molienda continuará siendo grande. Ha, y llegó la hora de renovar el liderazgo, que con contadas excepciones, tipo Jorge Robledo e Iván Cepeda, lo que hay en la izquierda colombiana es grama en el pasto, caso los concejales del Polo en Bogotá, de donde "no hay pelo pa´ moño".
Para mayor inquietud, la izquierda -con algunas islas-, pareciera que no existe más allá de Bogotá. En la costa Atlántica sí que está desaparecida, y lo peor, Polo Democrático, Verdes y petristas se pelean a ver si apoyaban a Verano y Char, y a esperar un "puestecito", que en las primeras de cambio se los quitan. Lo de Barranquilla da ganas de llorar por ti, izquierda colombiana, seudo líderes mercantilistas y pegados al poder corrupto de la ciudad y el departamento. Y pesar que Petro se trajo para su administración a varios costeños que sin conocer la ciudad, naufragaron en la administración capitalina y hoy regresan fracasados a sus sedes.
A futuro, las vías a venir con las Farc y Eln en medio de la "molienda" pronosticada por Roy Barreras, es necesario concretar la frase de cajón muchas veces dicha: Unidad. Algo posible si deponen los egos. Separados, cada uno por su lado, como el suicidio de la UP en Bogotá, la molienda continuará siendo grande. Ha, y llegó la hora de renovar el liderazgo, que con contadas excepciones, tipo Jorge Robledo e Iván Cepeda, lo que hay en la izquierda colombiana es grama en el pasto, caso los concejales del Polo en Bogotá, de donde "no hay pelo pa´ moño".
Postdata. Valoro la actitud de Antonio Navarro Wolf en apoyar a Clara López.
Navarro con este hecho dictó una gran lección a la izquierda en Colombia.
Si las Farc y el Eln no están representados en las entidades que tendrán
a cargo los recursos económicos del llamado postconflicto, dichos dineros
terminaran en manos del clientelismo. El nombramiento del "quemado"
Rafael Pardo demuestra que los dineros primero serán para las clientelas.
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Habitus: Bogotá: Las obras públicas dan para todo por ALFRE...: «La economía, estúpido» (the economy, stupid), fue una frase muy utilizada en la política
estadounidense durante la campaña electoral de...Alfredo De León Monsalvo* Bogotá: Las obras públicas dan para todo
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