¿Quién controla a los Privados? |
Por Unicor. Hoy sabemos que detrás de la
compañía CDO constructora del Edificio Space, esta Álvaro Villegas Moreno, una
gran empresario y político de Medellín, quien se codea de tú a tú, con el Ex
presidente Uribe, el Procurador Ordoñez, y todas las personalidades imaginables
del poder criollo. Dichas circunstancias no lo hacen a él ni a sus importantes
amigos, responsables de lo sucedido con la Torre 6, hasta que se demuestre lo
contrario, no obstante, tal situación prueba que la construcción está en manos
de los cacaos, los que tienen gremios poderosos para imponer las condiciones
privadas sobre el interés público. No de otra manera se explica que les hayan
quitado las competencias sobre licencias de construcción a las oficinas de
planeación, y que un Decreto, el 1469 del 2010 haya otorgado dicho poder a unos
particulares, que son los que deciden sobre densidad, altura, normas
urbanísticas, condiciones de sismo resistencia, entre otros, pero quienes, por
conveniencia, no pueden ingerir en los diseños. Es decir, vía libre a la
construcción. Se sabe también que el Curador que otorgó la licencia al edificio
Space, se aseguró su apartamentico, negocios de coyuntura.
El sector privado en este país
tiene libertad absoluta, la famosa iniciativa privada transciende ampliamente
la mera vocación empresarial, desde hace mucho tiempo los gremios empresariales
quieren decidir sobre todo, la política, la moral, por supuesto sobre la
economía, paradójicamente, la misión para la cual se estatuyen, muchas veces es
olvidada o en el peor de los casos, utilizadas para imponer su voluntad.
Por ejemplo la gerente para Bogotá
y Cundinamarca de la Cámara Colombiana de la Construcción, Camacol, Martha
Moreno Mesa, desde que Gustavo Petro ganó la Alcaldía Mayor, se ha declarado en
franca oposición al programa de gobierno que éste agencia, prueba de ello, es
la demanda que en conjunto con otros gremios, presentaron en contra de la
modificación hecha por decreto al Plan de Ordenamiento Territorial (POT).
Además de algunas posiciones jurídicas, es claro, que la verdadera motivación
de su gran inconformismo se debe a que por primera vez, sus intereses no
determinaron el ordenamiento territorial de la Capital. En Bogotá desde hace
muchos años el ordenamiento territorial lo delineaban los grandes
constructores, quienes decían que era espacio público, donde y como se construía,
cuanto era el valor de la tierra y la construcción por metro cuadrado, desde
esta óptica las oficinas de planeación y la misma administración distrital se
encontraba subordinada a los dueños de la construcción, por aquello de la
conveniencia de la inversión privada. Esa apropiación de las decisiones
públicas por parte de los privados, en mucho, son responsables de la
contaminación del recurso hídrico con los vertimientos no adecuados, de la
ubicación de barrios y conjuntos residenciales en lugares no aptos, tales como
rondas de ríos y quebradas, rellenos, por debajo de las cotas de ríos y
quebradas, en zonas de alto riesgo geológico, relictos de conservación
ambiental, altas pendientes, etc. No olvidemos cada año las inundaciones y los
damnificados de los sectores populares, y como siempre; le toca al gobierno de
turno pagar los platos rotos.
Grandes personalidades se dedican
a la construcción, muchos lo hacen de forma transparente y aportando al
desarrollo del país y sus ciudades, sin embargo otros, lo hacen con la fuerza
que da el patrocinio de campañas políticas donde les da su real gana, y
buscando sin escrúpulos la mayor rentabilidad posible. Recuerdo la época del
terremoto de 1999 en el eje cafetero, donde más de un punto del PIB fue
destinado por el gobierno nacional para su reconstrucción. Muchos incautos
terminaron estafados por urbanizadores y constructores que llevaron dizque
casas prefabricadas, con técnicas novedosas que resultaron siendo un fiasco. En
el Municipio de La Tebaida, el Constructor Gustavo Castaño; quien hoy enfrenta
líos penales por construcciones indebidas en la capital quindiana, hizo la
Urbanización la Nueva Tebaida que consta de más de 1000 viviendas de “interés
social”, sin ningún tipo de compromiso humano o social, aproximadamente 7000
almas hacinadas en 60 metros cuadrados cada familia, sin espacios apropiados
para la cultura, la recreación o el deporte, hoy, tristemente las comunidades
allí ubicadas, están sometidas al atraso social, al desempleo, a la falta de
oportunidades, lo que ha generado también, en el aumento de la inseguridad y la
intranquilidad en todo el Edén Tropical del Quindío.
Muchas arbitrariedades cometen
algunos constructores contra quienes la mayoría de las veces invierten los
recursos ahorrados en toda su vida, o hacen la apuesta por la “casita propia”,
muchos estafados no tienen ante quien protestar, esto viene pasando desde hace
mucho, y si nos descuidamos, seguirá sucediendo ante la impotencia de los
damnificados.
Hoy sabemos que detrás de la
compañía CDO constructora del Edificio Space, esta Álvaro Villegas Moreno, una
gran empresario y político de Medellín, quien se codea de tú a tú, con el Ex
presidente Uribe, el Procurador Ordoñez, y todas las personalidades imaginables
del poder criollo. Dichas circunstancias no lo hacen a él ni a sus importantes
amigos, responsables de lo sucedido con la Torre 6, hasta que se demuestre lo
contrario, no obstante, tal situación prueba que la construcción está en manos
de los cacaos, los que tienen gremios poderosos para imponer las condiciones
privadas sobre el interés público. No de otra manera se explica que les hayan
quitado las competencias sobre licencias de construcción a las oficinas de
planeación, y que un Decreto, el 1469 del 2010 haya otorgado dicho poder a unos
particulares, que son los que deciden sobre densidad, altura, normas
urbanísticas, condiciones de sismo resistencia, entre otros, pero quienes, por
conveniencia, no pueden ingerir en los diseños. Es decir, vía libre a la
construcción. Se sabe también que el Curador que otorgó la licencia al edificio
Space, se aseguró su apartamentico, negocios de coyuntura.
Desconcertante que el desplome de
ese edificio y los muertos causados, hayan cogido prácticamente de sorpresa a
las autoridades formales: Alcalde, Planeación, inspectores, superintendencias,
ya sabemos que al bien pagado curador y al gremio que los agrupa y habla con
fuerza, dichos daños colaterales nos les incumben directamente.
Hoy jueves 24 de octubre los ricos,
pobres damnificados no tiene certeza de que pasará con ellos, la constructora
no creo que vaya a devolver el valor total de cada uno de los lujosos, pero mal
construidos apartamentos, menos, reconocerán el valor de los muebles y enseres,
¿pero cómo pasa eso en Medellín una ciudad innovadora, competitiva y en punta
de los mayores estándares de calidad?.
Simple, lo público está en manos
de los privados y por ello, cuando hay que responder por las malas decisiones,
nadie responde, así ha sido durante mucho tiempo, se entiende un poco entonces,
porque el grito en el cielo de Camacol – Bogotá, por primera vez, un Alcalde,
trata de cambiar los énfasis, desde luego eso produce movimientos no telúricos,
pero amenazan con demandas y otras estrategias para seguir imponiendo sus
condiciones, a pesar de la evidencia y de los muertos.
40 AÑOS de Favores Políticos · Rodrigo Jaramillo Velasquez |
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